martes, 13 de septiembre de 2011

Camino de Santiago, 3er día: La Faba - Fonfría

07 de agosto de 2010

Querido Pedrovi, nos hemos levantado pronto y hemos desayunado en el albergue. Nos han dado leche, café, tostadas, mermelada... como un buffet libre y sólo por 2 ó 3 euros creo recordar. Cuando vamos a por nuestras mochilas, nos enteramos de que a uno de los franceses le han robado sus botas, pobre hombre, quizás las confundieron o algo así...
Con miedo, cogemos camino al Cebreiro, dudamos de por donde se va, así que como siempre, seguimos a unos peregrinos hasta encontrar las flechas.
Llegamos a La Laguna sin problemas, y a partir de aquí el camino se dividía en carretera y monte. No sabemos por donde se llegará antes, cuando vamos en coche la verdad el camino es bastante largo, así que cogemos el monte. Estaba algo mal señalizado, pues el desvío por montaña no estaba marcado.
La verdad la subida no se me hizo difícil, quizás por que solo teníamos la mitad (ya que toda la subida es desde Vega hasta el Cebreiro)
Por fin llegamos, vamos a sellar a la iglesia de Santa María la Real que tuvimos que esperar un rato a que abrieran.



Continuamos el camino, saliendo del Cebreiro y adentrándonos de nuevo en el monte. Seguimos hasta que llegamos a Hospital, miramos el mapa y ponía que todo era llano, así que decidimos seguir, aunque papá me había llamado al salir del Cebreiro y me había dicho que había una cuesta muy dura al salir de Hospital, yo le dije que no, que el mapa no ponía nada y supuse que se había confundido. Nosotras tan felices porque ya no había cuestas, llegó la decepción al ver el alto del Poio,papá tenía razón, una breve pero durísima cuesta, era corta, pero ni te imaginas lo que me costo subirla... daba miedo sólo de verla. Meses después cuando fuimos con papá hasta Samos, pasamos por allí, y me di de cuenta de que en vez de haber ido por el monte, deberíamos a ver seguido la carretera, pues era de pendiente ligera y no nos habría costado tanto, como hicieron algunos peregrinos. Esta para mí fue la etapa más aburrida y monótona. Al pasar el alto, el camino transcurría al lado de la carretera. Hacía mucho Sol, no pasaban coches, casi no pasaban ni peregrinos, no había casas ni bares donde poder pasar, un asco, te juro que parecía el maldito desierto.

Llegamos a Fonfría, Elisa quiere seguir, y aunque físicamente podíamos continuar, yo prefería quedarme allí. Así que comimos un bocata y nos instalamos en el albergue, que era muy chulo, tenía una sala de estar y las literas eran muy monas xD Creo que nos costó 8 euros, pero mereció la pena, ya que en cuanto a instalaciones, ese fue el mejor albergue, los colchones eran muy cómodos.
Lavamos la ropa, donde entablamos conversación a cerca del lavado a mano con una señora que hacía el camino sola y que también era nuestra vecina de enfrente de litera. Tendimos la ropa, descansamos un poco y nos dimos una vuelta por las instalaciones y por la terraza a ver que se cocía. Allí vimos a una pareja de primos con los que coincidimos muchas veces a lo largo del camino. Uno de estos chicos estaba contando chistes con un Andaluz, la mayoría muy malos.
En la terraza del bar que había, una chica presumía que haber hecho muchos kilómetros al día, ese día venía desde Ruitelán, al día siguiente la vimos pasar en Taxi xD creo que era porque le había salido una ampolla debajo de la uña o no sé que.


Uno de los encargados del albergue, nos dijo a ver si queríamos cenar, que era una cena en común y que había dos platos y postre. Nos estuvo diciendo qué había de cenar, pero en cuanto mencionó “macarrones con chorizo” no hizo falta que le escuchara más, casi vomito. Sabes que mi comida favorita es la pasta, pero no hay nada que me repugne más que la pasta con chorizo... Así que cenamos unos bocatas de atún en el bar.
Dimos una vuelta por el pequeño pueblo, que sólo tenía una ermita casi en ruinas y una tienda de quesos cerrada. También fuimos a buscar cobertura, ya que sólo Movistar tenía cobertura en el albergue, y Elisa es Vodafone, así que nos lanzamos a la caza de la cobertura para hablar con la familia.
Y ya está, es en este pueblo no había mucho más que hacer, así que nos fuimos a la cama a descansar para cargar las pilas para la etapa de mañana!

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